
Normalmente, perdemos de 50 a 100 cabellos al día, lo preocupante es cuando no hay reposición y el volumen disminuye. A continuación, detallamos cuáles son las causas más frecuentes de la pérdida de cabello:
1. Alopecia androgenética
La alopecia androgénica es la causa más común de pérdida del cabello tanto en hombres como en mujeres. Se origina por una predisposición genética sumada a la acción de hormonas andrógenas, en especial la dihidrotestosterona (DHT), que va miniaturizando progresivamente los folículos pilosos.
Por esto, el cabello puede afinarse, perder fuerza y visibilidad con el tiempo. En los hombres, suele comenzar en la zona frontal y la coronilla; en las mujeres, se manifiesta como un adelgazamiento más difuso. Aunque no existe una cura definitiva, su progresión puede frenarse con tratamientos adecuados.
2. Cambios hormonales
Los desequilibrios hormonales durante el embarazo, postparto, menopausia o debido a enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico, pueden afectar el ciclo de crecimiento del cabello. Estas variaciones provocan que más folículos entren en fase de reposo (telógena), lo que genera una caída más notoria de lo habitual.
3. Estrés físico o emocional
El estrés intenso, tanto físico como emocional, puede alterar el ciclo capilar y provocar un efluvio telógeno. Esto significa que muchos folículos entran prematuramente en fase de caída, generando una pérdida difusa y abundante que suele aparecer semanas o meses después del evento estresante.
Suele ser reversible, pero puede alarmar por la cantidad de cabello que se pierde en poco tiempo.
4. Deficiencias nutricionales
El cabello necesita ciertos nutrientes para mantenerse fuerte y crecer con normalidad. Una mala alimentación con falta de proteínas, hierro, zinc, vitaminas del complejo B y otros micronutrientes puede debilitar el folículo y aumentar la caída. Las dietas muy restrictivas, los trastornos alimentarios o los problemas de absorción intestinal son causas comunes.
5. Enfermedades y trastornos autoinmunitarios
Algunas condiciones médicas también pueden afectar la salud capilar. Un ejemplo claro es la alopecia areata, donde el sistema inmunológico ataca por error los folículos pilosos, provocando calvicie en áreas redondeadas.
Enfermedades del cuero cabelludo como el lupus o ciertas infecciones también pueden dañar el folículo. En estos casos, es importante un diagnóstico médico para tratar la causa subyacente y frenar la caída.
6. Hábitos y factores externos
El uso frecuente de productos químicos como tintes o alisadores, el abuso de planchas y secadores, o los peinados muy tirantes (alopecia por tracción) pueden provocar la caída del cabello al dañar los folículos. También influyen hábitos como la tricotilomanía, que lleva a arrancarse el cabello de forma compulsiva.
Estos factores pueden generar una caída localizada que, si no se revierte a tiempo, compromete la recuperación capilar.
7. Medicamentos
Varios fármacos pueden causar la caída del cabello como efecto secundario. Entre ellos están algunos anticonceptivos, retinoides, betabloqueadores, antidepresivos y tratamientos oncológicos como la quimioterapia. En la mayoría de los casos, el cabello vuelve a crecer tras suspender el medicamento.
8. Envejecimiento
Con el paso del tiempo, los folículos pilosos reducen su capacidad regenerativa. El cabello se vuelve más fino, crece más lentamente y en menor cantidad. Este proceso natural puede combinarse con otros factores, como los hormonales o genéticos, intensificando la pérdida capilar.

¿Cuándo preocuparse por la caída de cabello?
Es recomendable acudir al médico si:
- La caída es repentina, excesiva o empieza a edades tempranas.
- Aparecen zonas sin pelo junto a picazón, enrojecimiento o molestias.
- Hay dolor, escamas o lesiones visibles en el cuero cabelludo.
- Se presentan síntomas como acné, vello facial excesivo, fatiga o ciclos menstruales irregulares.
- También se pierde vello en cejas, pestañas u otras áreas.
- Se sospechan causas médicas, infecciosas o efectos secundarios de tratamientos.
¿Qué hacer si se me cae el cabello?
El manejo adecuado empieza por identificar la causa. Aun así, hay recomendaciones generales que pueden ayudar en muchos casos:
- Consulta a un experto: acudir a un dermatólogo o tricólogo permite identificar el tipo de caída, sus causas y elegir el tratamiento más eficaz.
- Mejora la alimentación: una dieta equilibrada, rica en proteínas, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, ayuda a fortalecer los folículos pilosos.
- Reduce el estrés: el estrés crónico puede alterar el ciclo capilar y provocar efluvio telógeno. Técnicas como la meditación, el yoga, la actividad física regular o la terapia psicológica pueden ayudar a recuperar el equilibrio emocional y, con él, la salud capilar.
- Cuidados capilares adecuados: es importante evitar peinados que generen tracción, el uso excesivo de calor o productos químicos agresivos. También conviene elegir productos capilares suaves y adecuados al tipo de cuero cabelludo.
- Tratamientos médicos específicos: en casos como la alopecia androgenética, se pueden utilizar fármacos como finasterida o dustasteride (en hombres) y/o minoxidil. Para alopecias inflamatorias, se indican corticosteroides o inmunomoduladores.
- Implante o trasplante capilar: permite recuperar el cabello en zonas con alopecia definitiva. Se trasplantan folículos de áreas resistentes hacia zonas despobladas. Los resultados son naturales y permanentes, aunque el crecimiento visible puede tardar algunos meses.
¿Cómo se diagnostica la caída del cabello?
El diagnóstico combina distintos pasos que ayudan a entender el origen del problema:
- Historia clínica: antecedentes familiares, duración de la caída, hábitos, enfermedades o estrés reciente.
- Examen físico: observación directa del cuero cabelludo para detectar signos visibles.
- Análisis de sangre: para evaluar hormonas, nutrientes y función tiroidea.
- Tricoscopia: visualización detallada del folículo con dermatoscopio.
- Biopsia: en casos necesarios, se analiza un pequeño mechón o muestra del cuero cabelludo.
Sabemos lo que significa notar cambios en tu melena y preocuparte por lo que está ocurriendo. La caída del cabello puede tener solución si se aborda con el enfoque correcto y el acompañamiento profesional adecuado.
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